Anita sale del colegio
su carita iluminada con una sonrisa.
Ella quiere contarle a su mama
como le fue. que hizo muchos amigos.
Al entrar a su casa
siente a su papa que esta hablando
con el medico.
Amigo le dice...hicimos todo lo posible,
pero con la caída de las primeras
hojas de otoño
ella partirá, se acabara
su sufrimiento.
y entonces, con manos temblorosas,
salió al encuentro del viento.
Pegó cada hoja al árbol
como si la savia obedeciera a su amor,
como si el tiempo pudiera detenerse
ante la fe inocente
de un corazón pequeño.
El bosque se llenó de lágrimas,
al ver el sufrimiento de Anita.
faltan 15 días para que empiece el otoño.
La niña intentó detener el otoño,
La luna la miraba,
La niña mira la luna,
con un hilo de esperanza en los ojos,
Ella pegaba hojas con pegamento,
quería atar el tiempo
para que su madre no la deje.
pegando cada hoja al árbol
La niña miró al cielo,
con sus manos aún manchadas
de pegamento.
Esa noche, cansada y triste,
levantó la vista.
La luna descendió despacio,
suave como un suspiro,
se inclinó hasta ella y susurró:
No temas, pequeña.
Tu madre no se perderá en la oscuridad.
ella brillará en mi luz.
para que nunca dejes de verla.
Los ojos de la niña se iluminaron,
y desde entonces,
cada noche fue un reencuentro:
la madre sonriendo en la luna,
la hija soñando bajo su resplandor,
y el otoño convertido
en un pacto de eternidad.
Duerme tranquila hija mía
que yo velare tu sueño
y te llenare de caricias y besos.
La inocencia de un niño lo hace fuerte ante la adversidad, buscan la luz donde hay oscuridad, ellos tienen la magia de hablar con la naturaleza, hacerse amiga de la luna el sol y las estrellas y convierten el dolor en esperanzas.
La naturaleza toda es cómplice de su pura alma y corazón.
15 comentarios:
Preciosísimo lo que has escrito. Me ha emocionado este cuento, querida Mathilde, me ha tocado el corazón. Me he sentido identificada, aunque yo no sea una niña. Pero ver partir a tu madre es lo peor que puede suceder. Yo siento que me ilumina desde el cielo como una estrella.
Un placer volver a leerte, y que ya esté solucionado lo del pc.
Que estés pasando un feliz día, querida Mathilde.
Un beso enorme.
Mathilde muy bella historia has compartido, es verdad que los niños con su inocencia se hacen fuerte ante la adversidad, buscando luz donde hay oscuridad.
Que tengas un buen fin de semana!
Besos
Precioso, dulce y muy emocionante texto.
Me ha gustado mucho.
Feliz fin de semana.
Un beso.
¡Querida Mathilde, qué relato tan hermoso y conmovedor has compartido! Tus palabras han tejido una historia que toca el alma, llena de ternura, inocencia y una esperanza que solo un corazón puro como el de Anita puede sostener. La imagen de esa niña pegando hojas al árbol para detener el otoño y aferrarse a su madre es simplemente desgarradora, pero a la vez tan llena de amor y magia. La forma en que describes ese pacto entre la luna, la niña y su madre me ha hecho suspirar, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón cálido.Como bien dices, la inocencia de los niños tiene una fuerza inmensa, capaz de transformar el dolor en luz y de encontrar complicidad en la naturaleza. Este cuento es un recordatorio precioso de cómo el amor trasciende todo, incluso el tiempo y la pérdida. Gracias por regalarnos algo tan bello, Mathilde, y por recordarnos la magia que habita en los corazones pequeños y en las conexiones eternas.¡Es un verdadero placer leerte! Espero que estés teniendo un fin de semana lleno de paz y momentos luminosos. Un abrazo enorme y un beso con todo el cariño.
Las palabras que dejas al final son preciosas, Mathilde.
De hecho, la inocencia de un niño lo fortalece ante las dificultades. Crece en la belleza pura de la naturaleza, donde todo es magia, luz, amor, complicidad, como el alma y el corazón hermosos y puros de un niño... Me encantaron tus palabras!
Buen fin de semana
Besos.
Buenas noches, querida, tu poema ilumina el alma;
el niño se convierte en luz,
aliado del cielo y la tierra,
transformando la tristeza en esperanza.
Es tan hermoso.
Con toda mi admiración poética.
Besos.
Muy hermoso. Yo también quiero sentirlo así. Un beso
Qué texto tan bello y profundo. Estremece el alma. La niña descubrió demasiado pronto los avatares de la vida. Un abrazo grande
Olá, querida amiga Mathilde!
Que ternura linda num coração inocente que terá a natureza para superar suas ausências.
Lindo demais!
Acontece na vida real.
Tenha um outubro abençoado!
Beijinhos fraternos
Gracias por tu visita, igualmente para ti, que tengas un bonito fin de semana.
Un abrazo.
Uffff!!! Lo que dices aprieta el pecho hasta faltar el aire. Emocionante, aunque sea una dolorosa emoción.
Ya veo que no se te gasta el amor, querida Mathilde. Lo derrochas en todo y con todos. Es una fortuna poder encontrar personas como tú en este mundo. Es una gran suerte poder aprender de tí...
Pero me has dejado con el alma en un puño...
Un enorme abrazo, siempre!!!
Es un cuento precioso,conmovedor.La infancia es pura en todos,los sucesos que vamos viviendo son los que nos cambian.Un placer leerte,te dejo un gran abrazo!
Me ha conmovido una historia muy dulce. Te mando un beso.
Duele y a la vez es hermoso.
Ternura para compensar ese vacío eterno.
Besos.
Toda la ternura de tu pluma se siente en este texto tan hermoso.
Abrazo
Publicar un comentario